Cuando no esperas nada… es cuando todo llega

  ¿Escuchaste esta frase alguna vez? Es interesante comprender cómo grandes verdades se esconden muchas veces en simples frases del saber popular.


  En la vida el secreto es tratar de actuar de la mejor manera posible con uno mismo y con los demás, sin esperar recibir nada a cambio. 

  Esto claro, significa que debes hacerlo por convicción moral y no por conveniencia, deben ser tus valores los que te lo dicten. Y el secreto de vivir en paz contigo misma y el resto es actuar correctamente y dejar que todo llegue en su momento, simplemente dejar que tus actos hablen por ti, en vez de tus palabras.

  Quizás para muchos eso de no esperar nada pueda parecer una actitud muy derrotista, propia de alguien que no decide por sí mismo y se deja llevar por los demás y las circunstancias. 


  Pero no se trata de eso para nada. Es que no esperar nada y dejar que las cosas lleguen a su tiempo, es buscar un equilibrio, tranquilidad y apertura interior.


 Ver la vida con tranquilidad, desarmando tus miedos, egoísmos y pensamientos negativos que te estorben en tu camino y así tu mente estará  abierta a cualquier ventana. No esperes nada y lo espera todo, pero con calma, trabajando por ello y la seguridad de que al final, todo te llegará.

 Y aunque a diario te parezca todo lo contrario, debes mantener la calma, porque muchas veces nos dejamos llevar por actitudes y pensamientos limitantes que nos alejan de nuestras metas.

  Y lo hacemos sin darnos cuenta… «No le pregunté nada porque de seguro me va a decir que no». «Mejor lo hago otro día porque hoy no creo que resulte», «Nunca he podido hacer algo como eso, así que mejor ni lo intento...»

 Y es que a veces, nosotros mismos somos los que construimos muros que no permiten que las cosas lleguen. Tenemos que estar abiertos de mente y corazón: y aquí te diremos cómo lograrlo.


Vivencias negativas no gestionadas de manera adecuada


 Si fuiste abandonado por tu pareja, nunca cometas el error de creer que ya no mereces ser amado. Enfrenta el duelo con resiliencia y entereza, sigue adelante y deja abiertas tus esperanzas a la vida e intenta de nuevo el querer y dejarte querer.

 Si no consigues realizar un proyecto, nunca te rindas ni creas que no puedes hacerlo, que no eres apto o capaz. Reordena tus ideas y siempre aprende de los errores, aprecia ese aprendizaje y concéntrate de nuevo en tus metas.

  La vida no es fácil, y todo dependerá de tu actitud y las las estrategias personales que uses para enfrentar nuevos desafíos y aprender de cada tropiezo para seguir adelante.


Termina con las actitudes limitantes: todo llega


  Empecemos con una simple reflexión: si no somos tomamos conciencia de nuestras propias actitudes limitantes, no podremos tirar abajo los muros que impiden que las cosas nos lleguen. 

  Y para ello, debemos ver que muchas de esas cosas las llevamos atadas a nuestro interior, y nos cortan las alas del crecimiento y la felicidad, pues si no podemos entender de dónde vienen las actitudes limitantes, no podremos terminar con ellas:

Nuestra educación


 En gran parte somos ahora lo que hemos aprendido de pequeños, el vínculo que tuvimos con nuestros padres y familia y el modo en que nos criaron.


 Si no nos dieron seguridad y cariño, si siempre cuestionaron nuestras ideas o pensamientos, si nos sobreprotegieron o descuidaron, todo eso dejará querámoslo o no un tipo de huella.

 Puede ocurrir que en la medida en que crezcas intentes cambiar muchas de esas actitudes limitantes. 



   Que las detectes y te atrevas a conseguir hacer lo que creyeron que nunca harías, y que hayas logrado avanzar tanto superando hasta tus propias expectativas. Aun volviendo el rostro cada tanto a esas viejas heridas del pasado.

  Lo extraordinario de la vida siempre está un paso más allá de tu zona de seguridad y confort. Es allí donde ocurre lo maravilloso y donde en verdad todo llega.



No esperemos nada, soñándolo todo


 Sin embargo la verdadera actitud no es no esperar nada, todo lo contrario.  En realidad se trata de reordenar nuestra actitud hacia la vida y nosotros mismos, dejando que algunas cosas solo pasen. Y te decimos cómo hacerlo:


Evita tener una «visión de túnel»


 En algún momento todos lo hemos vivido, se trata de esas circunstancias en que nos focalizamos tanto en algo puntual que perdemos toda capacidad de ver lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

 En esos días en que llegas a creer que nada tiene solución, y que las cosas no tienen remedio y que nos guste o no son así y así seguirán siendo, es cuando debes detener esos pensamientos de inmediato. 

 Desde luego, tampoco debemos tener un positivismo necio que se base en ilusiones y falsas esperanzas.




 Simplemente toma aire y déjate llevar, no esperes nada pero aun así deja la mente abierta observando todo a tu alrededor. Ten esperanza y tranquilidad cuando no puedas hacer nada para remediar la situación.


  A fin de cuentas, nuestra actitud ante la vida siempre debería ser abierta y tendríamos que mantener la calma y seguridad justamente en los momentos en que parecen no tener sentido.  


  Siempre que tengas claras tus prioridades, las cosas irán acomodándose tarde o temprano. Tu ve a tu ritmo y actúa lo mejor que puedas, pero deja que algunas cosas sucedan y se aclare el horizonte.


  Así lo decía Confucio  «debes exigirte mucho a ti mismo y en cambio esperar muy poco de los demás, y te ahorrarás disgustos». Esta frase se aplica también a todos los acontecimientos que nos pueda presentar la vida.




Fuente: UPSOCL / La mente es maravillosa / Opinión / Bauig
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