Si un niño es difícil de tratar, aún así háblale con amor

Siempre háblame bonito, no me levantes la voz pero sí con firmeza para recordarme de todo lo que soy capaz…


  Háblame también con sonrisas para que pueda aprender más rápido que en este mundo lo importante es el amor y no el miedo. 


  Regálame tus palabras de cariño siempre que puedas para que pueda aprender a manejar pronto el lenguaje de las emociones.

  Los adultos muchas veces no prestamos atención a todo lo que los niños nos piden aun sin pedirlo, y por esta razón es bueno hablarles con amor, aunque no por ello negarles la verdad. 



  Se debe tener mucho tacto al decirles las cosas y siempre con la suficiente fuerza para que tengan confianza en ellos mismos. Y también hacer que puedan entender que pueden lograr todo lo que se propongan de verdad, a veces con grandes sacrificios, pero siempre con paciencia y nunca temor a la hora de hacer las cosas. 

 En otras ocasiones debemos enseñar a los pequeños las diferencias que existen al expresar nuestras emociones, de modo que puedan acercarse al mundo real, que es una lucha constante.



  La psicobióloga del Imperial College de London, Vivette Glover,  destaca que la educación emocional inicia incluso antes del momento de nacer, ya desde el útero materno. Y aunque parezca algo sorprendente y difícil de creer, distintos estudios demuestran que a lo largo del tercer trimestre, el bebé ya es muy sensible a las voces que puede escuchar desde el exterior.

  El líquido amniótico funciona muy bien como conductor del sonido, y aunque el bebe no pueda entender el lenguaje como tal, sí posee mucha sensibilidad a la entonación emocional que tienen esas tonalidades, y las vibraciones de esas palabras.

  Al llegar al mundo todos nosotros estamos muy vinculados a la voz de nuestra madre y a ese entorno emocional y las personas que la acompañaron durante los meses de embarazo.



  Así es que en realidad no somos tan extranjeros en este nuevo mundo. El bebé ya estuvo en alguna medida en contacto con el enorme poder que tiene el lenguaje afectivo. 


 Es más, Michel Odent, un prestigioso obstetra francés, afirma que es tan importante atender el mundo emocional de la madre embarazada como atender que las revisiones médicas se cumplan.

  Ocurre lo mismo a medida que el niño crece y va cumpliendo 2, 3 o 5 años. Así es que podemos darle todo lo mejor, la mejor ropa, una alimentación equilibrada, los juguetes que mejor potencien su estimulación temprana… 

 Pero, si no le damos afecto y seguridad, si no hacemos que sientan confianza a mediante un lenguaje con sanas emociones, el niño no podrá crecer como debe. Su cerebro se desarrollará con carencias y experimentará vacíos en sus funciones que una vez que alcance la adolescencia y madurez, llenará de modos que no serán ni sanos ni buenos.

Te invitamos a reflexionar sobre esto.


Niños muy sensibles niños de luz, son niños del corazón

  Las palabras quizás no acaben con una persona, pero sí tienen un enorme poder para herir. Eso lo sabemos todos, alguna vez todos lo vivimos de alguna forma, pero a pesar de saberlo muy bien, a veces descuidamos el modo en que hablamos a nuestros niños o adolescentes. 

 El lenguaje posee un enorme poder para crear un tipo de arquitectura específica en los cerebros de los más jóvenes, y como padres, madres, abuelos o educadores en general, eso es algo que jamás debemos descuidar.

  Decirles una palabra agresiva o un desprecio, o acusarlos de "hacer todo mal”, de ser los peores de la clase, o decirle que te agota y que te deje en paz, deja en el mundo emocional de los pequeños una huella que es muy difícil de borrar y que los hace sentir indefensos, angustiados y puede generar graves problemas de conducta y en su psicología.  



  Diferentes experimentos realizados por el centro de Atlanta Speech School, demostraron que algo tan simple como emplear un lenguaje positivo genera en los niños estudiantes conductas que son mucho más comprometidas.


 Además, los motiva a mantener una  visión más positiva de sí mismos y de este modo los anima a superarse.

  Es común que ocurra que algunas veces los adultos exageren en el esfuerzo positivo a tal punto de que pierde todo su valor. Los niños son inteligentes y saben diferenciar fácilmente la falta de interés de una motivación exagerada de una auténtica. 


  Los padres deben prestar mucha atención en este punto y aprender a conectarse con sus hijos. Pues establecer una relación sana y sincera demanda un gran compromiso con la mente y las emociones de nuestros pequeños.



 

Bases para conectar con los niños con el lenguaje emocional


Estas estrategias, además de muy sencillas, te serán muy prácticas y útiles para conseguirlo:

-Pon atención al escuchar a tus hijos, debes demostrarles que cada palabra que dicen es importante para ti.


-No des discursos largos, ellos todavía no pueden mensajes muy extensos y fácilmente se distraen.
-Di su nombre con cariño y evita el gritarle a menos que sea imperioso llamar su atención.

-Las advertencias no suelen ser útiles, busca otros métodos.
-Habla con ellos y destina tiempo de calidad, ellos estarán agradecidos.
-Lo más importante de todo, recuérdales siempre cuánto los amas y cuán importantes son para ti.



Fuente: La Mente es Maravillosa / Por qué no se me ocurrió
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