Las frases más efectivas para calmar a un niño enfadado

  Un niño enfadado y fastidiado siempre provoca grandes dolores de cabeza a sus padres con sus berrinches. Sin embargo, la realidad es que el niño no actúa así porque sí, sino que lo que está buscando es llamar nuestra atención.

 




  Por esto suele decirse que cuando un niño está enfadado, la solución no es que seamos más duros con él, sino por el contrario, lo que tenemos que hacer es resolver con más amor lo que le está molestando. Aunque desde luego, sin dejar de lado los límites.


  Aquí les traemos algunas de las frases más efectivas que te serán de gran utilidad para calmar a tu niño enfadado. 

«No te entiendo si gritas. Por favor, dilo de nuevo pero más tranquilo»

  En realidad, esta frase no significa otra cosa que pedirle que deje de gritar. Pero decirlo como una orden muy pocas veces ayuda en estos momentos. Así, será mucho mejor si les pides con tranquilidad que ellos también te hablen en un volumen más tranquilo.    


 De esta forma entenderán que quieres escucharlos y que te preocupas por lo que te dicen. Si gritas de vuelta lograrás todo lo contrario.

 

«En cuando te calmes, serás bienvenido a venir conmigo. Te estaré esperando.»


 De esta forma le demuestras que estás para tu hijo, no importa si está enojado o no se está comportando de la forma que esperas que lo haga. Pero aún así, estarás dispuesto a escucharlo y hablar con el si está calmado.    

 


«Está permitido que te enojes, pero no que le hagas daño a nadie.»


 Cuando tu hijo golpea o agrede puntualmente a otras personas o a ti durante un arranque de ira, es un momento oportuno para que le enseñes que la violencia nunca es una opción.


  Mantén la calma y explícale que eso lastima a otras personas, y que si todos se comportaran así, todos resultarían lastimados.    

«Comprendo que esto no te guste. Aun así, no hay otra manera en este momento.»


  Diciendo esto demuestras que respetas lo que opina tu hijo, pero no hay otra solución a la situación en ese momento.  


 También esto le deja en claro que, aunque no estás molesto, le muestras hay un límite, y que aunque sea él a quien esto le enfada, no va a cambiar.    

«Entiendo si esto no te gusta. ¿Se te ocurre alguna idea de cómo podemos hacerlo mejor?»


  Si tus niños ya son algo mayores, desde luego puedes pedirles que activamente te sugieran soluciones. Una vez más estarás demostrando con toda claridad que sus sentimientos y opiniones son importantes para ti, que los valoras y escuchas.


  De todas maneras, también es importante que los niños sepan sus límites, que aprendan desde pequeños que enojarse no cambiará las cosas ni las reglas. 


 Deben entender que la manera correcta de solucionar algo, es antes que nada, cambiando esa actitud a un estado de ánimo  más neutral y calmo. 


Esta enseñanza es muy importante pues evitará que los niños crezcan con la idea errada de que si se enojan o enfadan, los demás terminarán actuando como ellos quieren. Y el mundo a fin de cuentas no funciona de ese modo.   

Fuente: Mente asombrosa

El Club de los Libros Perdidos. Con la tecnología de Blogger.