Los niños que crecen junto a sus abuelos serán más felices y seguros

Los niños que tienen la suerte de crecer con sus abuelos son realmente afortunados. 


Y gracias a ese vínculo tan especial, los niños se enriquecen de más vínculos afectivos, de recuerdos más maravillosos y refuerzos emocionales que formarán su desarrollo y vida y los acompañarán siempre.



  Los vínculos familiares suelen ser complejos y en especial cuando llegan niños como miembros de la familia. Y un caso especial son esos niños que tienen la suerte de crecer abrigados por el calor afectivo de sus abuelos.

  En este sentido se presentan situaciones muy beneficiosas para ambos, tanto para los abuelos como para los niños, y aquí traemos detalladamente las razones y beneficios que estas relaciones les aportan a la familia.

  Resulta que mediante estos vínculos familiares, los niños se ven enriquecidos de la dinámica afectiva y un refuerzo emocional, que desarrollan su autoestima y fortaleza emocional. Y como si fuera poco, pasa a ser parte de un legado de recuerdos inolvidables.


El papel de los abuelos con sus nietos


 No es que los abuelos simplemente tengan que suplir el rol de los padres en la educación y crianza de sus hijos, ni tampoco de que el único papel que puedan cumplir es el de su simple cuidado en algunos momentos y consentir a los niños. Es mucho más que eso.

  Cumplen un papel realmente importante como formadores ya que cuentan con más experiencia, tiempo y cariño para brindarles, entre muchas otra virtudes, cuyas huellas de estas acciones dejarán una huella en el alma de sus nietos para siempre.


 

3 características de niños criados con los abuelos


  Diferentes estudios realizados por investigadores sociales en el Reino Unido encontraron estas 3 particularidades en los niños que crecieron con los abuelos. 


  Los resultados se obtuvieron comparando los niños criados en el sistema formal de guarderías con aquellos que fueron cuidados por sus abuelos. 

 La tercera es resultado de otra investigación que comparó variantes del comportamiento de los niños con y sin una relación frecuente con sus abuelos. Y estas fueron sus principales conclusiones  de sus resultados.


Mayor capacidad lingüística


  Toda la evidencia demostró que aquellos niños que crecían junto a sus abuelos adquirían vocabulario con mucha mayor rapidez que aquellos que eran cuidados en guarderías. 

 La investigación llevada a cabo por la Nuffield Foundation y publicada en el Daily Mail, hizo una comparación entre el desarrollo lingüístico de niños con padres trabajadores custodiados por abuelos y los que eran cuidados en centros de atención. 







 Entre los primeros 3 y 5 años, el primer grupo mostró un desempeño marcadamente mejor que el segundo. 

 Además, los resultados fueron aún más notorios en las familias con mejor situación socioeconómica. 


  El estudio llegó a la conclusión de que el cuidado personalizado que le brindan los abuelos a sus nietos es crucial en la adquisición temprana del lenguaje.


Mejor desarrollo social y emocional


  En la misma investigación también se valoró el desarrollo socioemocional entre ambos grupos de niños. Durante 2 años se consideraron diversas variantes para comparar los niños criados en el sistema formal de guarderías y aquellos cuidados por sus abuelos.

 La investigación descubrió la existencia de “una asociación muy positiva entre el desarrollo socioemocional de los niños y el haber sido cuidados por sus abuelos, en particular entre las familias más educadas”.

 Y para su sorpresa, los niños provenientes de familias en desventaja socioeconómica se beneficiaron del sistema de guarderías, en lo referente a su desarrollo socioemocional.


Mejor comportamiento


  En este punto existió cierto debate. Está muy arraigada la idea de que los abuelos suelen malcriar a sus nietos. Sin embargo, una investigación que fue publicada en el Journal of Family Psychology aportó ciertas luces al respecto. 

  Este estudio concluyó que los niños y adolescentes que mantenían una relación más estrecha con sus abuelos demostraron una menor hiperactividad y también un mejor comportamiento que aquellos que mantenían poco o ningún trato con sus abuelos. 



 Estos resultados también fueron más comunes entre los niños de padres separados, aunque de todas formas también se observaron en pequeños que viven con ambos padres biológicos.

  Y es que en una etapa tan temprana de su vida, el mantener un trato directo y sostenido durante el tiempo, repercute en profundas implicaciones en el desarrollo de su personalidad. Ese amor, experiencia y sabiduría de sus abuelos hacen que los niños crezcan más felices y seguros de sí mismos.


Los niños amados serán niños más felices y seguros


  Esta es la simple clave y el evidente secreto de la cuestión: los niños que se sienten amados, valorados y respetados, crecerán para convertirse en personas más felices, sencillamente porque habrán desarrollado un buen autoconcepto de sí mismos y una mejor autoestima.

 Así es que los abuelos aportan de un modo fundamental a su crianza siempre que sean personas sólidas, optimistas y con esa sabiduría y amor que pueda ser capaz de encender los corazones de su familia.


Fuente:  Mente asombrosa /  Wapa
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