El poder de las palabras: enseñar a los niños a enfrentarse a los insultos

 Las palabras poseen un tipo de influencia que puede impactar a todas las personas, independientemente de su edad.



Los insultos son comunes en los patios de las escuelas, donde muchos niños, incapaces de expresar adecuadamente sus emociones, recurren al insulto como una manera rápida de llamar la atención de forma negativa hacia otros.

Aunque la mayoría de los adultos cuentan con estrategias suficientes para enfrentar este tipo de expresiones ofensivas, los niños pueden sentirse paralizados ante tales situaciones.

Es esencial que adquieran nuevas habilidades sociales y comunicativas para afrontar estos momentos, evitando así otorgar poder a esas palabras en su estado emocional.


Cuando se enfrentan a insultos


Las palabras ofensivas o insultos a menudo provocan reacciones violentas, como incremento de burlas, insultos, comentarios despectivos y desprecio.

En entornos escolares, los maestros se enfrentan con regularidad a este tipo de lenguaje ofensivo, siendo un problema significativo que muchos niños deben afrontar por sí mismos.

Si carecen de las habilidades necesarias, pueden percibir que esas palabras tienen un poder desmesurado sobre ellos, llegando incluso a internalizarlas como etiquetas que reflejan características verdaderas de su persona.

Por ejemplo, términos que son etiquetas negativas que los niños pueden creer como verdaderas acerca de sí mismos.

Estrategias para afrontar insultos

Existen estrategias efectivas para enfrentar los insultos y reducir el impacto de esas palabras en quienes las reciben. Lo fundamental es disminuir la conexión emocional con las palabras, ya que al restarles poder, estas no pueden controlarnos ni causar daño emocional.

Aprender estas habilidades puede resultar desafiante para niños y adultos, pero su dominio puede transformar la vida de manera poderosa, impidiendo que otros controlen nuestro comportamiento. A continuación, se presentan algunas estrategias para que los niños (y adultos) puedan hacer frente a los insultos.


Crear una nueva representación mental


Invita a los niños a reflexionar sobre las palabras hirientes que escuchan diariamente y a elaborar una lista por escrito. Luego, enséñales a imaginar a la persona que pronuncia esas palabras vistiendo de manera cómica o representando una imagen mental divertida.

Pueden utilizar cualquier representación que resulte ridícula y provoque risas. Después, las palabras ofensivas deben adquirir un significado más neutral, por ejemplo, reemplazar 'tonto' por algo inofensivo como 'plátano'.

Este proceso puede llevar semanas para reemplazar las emociones negativas asociadas con esas palabras por emociones más agradables. Aunque esta técnica puede no ser efectiva para todos los niños, tiene el potencial de funcionar en muchos casos con suficiente práctica.

Además, al utilizar esta técnica, el niño puede sonreír o sentirse bien, lo que demostrará a la persona que insulta que sus palabras carecen de poder y, con el tiempo, dejará de usarlas.

Comprender por qué otros insultan


Es importante que los niños comprendan por qué otros insultan y si realmente los insultos ayudan.
Al darse cuenta de que los insultos son una forma de hacer daño a los demás, los niños deben aprender a responder de manera que demuestren que esas palabras no tienen poder sobre ellos ni sobre sus emociones. Algunas respuestas a este tipo de agresión pueden incluir:

  1. 1. No entrar en el círculo de la violencia, ya sea física o verbal, para no otorgar poder al agresor verbal.

  2. 2. Ignorar las palabras, ya que la indiferencia es una poderosa arma.

  3. 3. Responder con amabilidad o con respuestas ingeniosas para desarmar la situación.

Los niños deben comprender que tienen el control sobre las palabras ofensivas y este tipo de situaciones, decidiendo el impacto que estas palabras tienen en ellos.


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