Si tu hijo quiere un móvil, sigue el ejemplo de esta madre…

La tarea de criar a los niños nunca ha sido sencilla, y se vuelve aún más desafiante cuando atraviesan la etapa preadolescente y luego la adolescencia. No hay un manual de instrucciones para ser padres o madres; es la vida misma la que nos brinda las lecciones. 

  Estos conocimientos se transmiten de generación en generación, creando un legado familiar. Mientras desempeñamos nuestro papel como padres o madres, podemos encontrar apoyo mutuo y compartir ideas valiosas para la educación de nuestros hijos.

  La colaboración entre padres puede ofrecer perspectivas únicas y enriquecedoras en este viaje que es, al mismo tiempo, un desafío y una fuente constante de aprendizaje.

¿Tu Hijo Quiere un Teléfono Móvil? Considera Establecer un Contrato Responsable

Si tu hijo expresa el deseo de tener un teléfono móvil y te preguntas cómo abordar esta situación, la experiencia de una madre estadounidense puede ofrecerte una perspectiva valiosa.


Esta madre optó por crear un contrato que su hijo debía firmar y aceptar como condición para obtener el teléfono. Si el hijo infringía alguna de las reglas estipuladas en el contrato, se le retiraba el dispositivo y ambos conversaban al respecto, extrayendo lecciones mutuas.

Aunque la madre reconoce que cumplir el contrato no fue tarea fácil, destacó que esta estrategia contribuyó a que su hijo adoptara una actitud más responsable hacia el uso del teléfono.

Antes de embarcarte en la creación de un contrato similar con tu hijo, es fundamental reconocer que un contrato implica compromisos tanto para el hijo como para los padres. ¿Qué implica esto?

Significa que tu hijo asumirá responsabilidades, pero tú también, y deberás estar vigilante para garantizar el cumplimiento de las reglas, aplicando las consecuencias de manera efectiva en caso de incumplimiento.

Si no lo haces así, el contrato perderá su valor y tu hijo podría percibir que no tomas en serio las normas, lo cual podría conducir a un desinterés por cumplirlas.

La madre detrás de esta iniciativa se llama Janell Burley Hofmann, una escritora y madre de cinco hijos, con edades comprendidas entre los 13 y 5 años. Janell aboga por fomentar la responsabilidad en el uso de la tecnología en las familias y comparte sus reflexiones y métodos educativos, aplicándolos a sus propios hijos.


Contrato para el Uso Responsable del iPhone: Normas Claves

1. Es mi teléfono. Yo lo compré. Yo lo pagué. Yo te lo presto. ¿A qué soy genial?

2. Yo siempre sabré la contraseña.

3. Si suena, cógelo. Di «hola». Sé educado. Coge siempre la llamada de mamá y papá.

4. Entregarás el teléfono a mamá o papá a las 7:30 de la mañana cada día de colegio y a las 9:00 de la tarde durante el fin de semana. Estará apagado toda la noche y se volverá a encender a las 7:30 de la mañana.

Si no llamarías al teléfono fijo de alguien, porque pueden responder sus padres, tampoco llames o envíes mensajes al móvil. Respeta a las otras familias como nos gusta que nos respeten a nosotros.

5. No te llevarás el iPhone al colegio. Conversa y habla con la gente y con tus amigos en persona. Los días de media jornada, las excursiones y las actividades extraescolares requerirán consideraciones especiales.

6. Si el iPhone se cae, se golpea o se estropea, tú eres el responsable. Por tanto, asumirás los costes de la sustitución o la reparación. Para ello, ahorra dinero de tu cumpleaños o realiza otros trabajos: corta el césped, haz de canguro… Si el iPhone se rompe, tendrás que estar preparado.

7. No uses el iPhone para mentir, hacer tonterías o engañar a otro ser humano. No te involucres en conversaciones que sean dañinas para los demás. Sé un buen amigo.

8. No envíes mensajes, correos electrónicos o digas nada a través del iPhone que no dirías en persona.

9. No envíes mensajes, correos electrónicos o digas a alguien algo que no le dirías en voz alta y en presencia de sus padres. Sé capaz de censurarte a ti mismo.

10. Nada de cosas para adultos. Busca en la web información que compartirías abiertamente conmigo. Si tienes alguna duda sobre algo, pregunta a una persona. Preferiblemente, a tu padre o a mí.

11. Apágalo o siléncialo cuando te encuentres en lugares públicos. Especialmente en restaurantes, en el cine o mientras hablas con otro ser humano. No eres una persona maleducada, no dejes que el iPhone cambie eso.

12. No envíes ni recibas imágenes íntimas tuyas ni de otras personas. No te rías. Algún día estarás tentado de hacerlo, a pesar de tu gran inteligencia. Es arriesgado y puede arruinar tu vida de adolescente, joven y adulto.

Es siempre una mala idea. El ciberespacio es más poderoso que tú. Y es difícil hacer que algo de esa magnitud desaparezca, incluyendo una mala reputación.

13. No hagas millones de fotos o vídeos. No hay necesidad de documentar todo. Vive tus experiencias. Quedarán almacenadas en tu memoria para la eternidad.

14. A veces conviene dejar el iPhone en casa. Siéntete seguro de esa decisión. No es un ser vivo ni ninguna extensión de tu cuerpo. Aprende a vivir sin él. Tienes que vencer el miedo a perderte algo que está ocurriendo y a estar siempre conectado.

15. Bájate música que sea nueva o clásica o diferente de la que millones de chicos como tú escuchan, que es siempre lo mismo. Tu generación tiene un acceso a la música mayor que cualquier otra de la historia. Aprovecha esa oportunidad. Expande tus horizontes.

16. De vez en cuando puedes jugar a juegos de palabras, puzzles y rompecabezas.

17. Mantén tus ojos abiertos. Observa el mundo que te rodea. Mira por la ventana. Escucha a los pájaros. Date un paseo. Habla con un desconocido. Pregúntate si es necesario buscar en Google.

18. Meterás la pata. Te quitaré el teléfono. Nos sentaremos y hablaremos sobre ello. Volveremos a empezar. Tú y yo siempre estamos aprendiendo. Somos un equipo. Estamos juntos en esto.

Después de un año de aplicar el contrato, Janell explica así su experiencia:

‘Todos tratamos de mantener los ojos abiertos. Ver cómo el mundo pasa a nuestro alrededor. Nuestras normas tecnológicas no solo se aplican al iPhone, también a la vida’.

‘La tecnología es una hermosa herramienta, emocionante, de nuestro mundo. Deja que sea divertida, que sea una herramienta social, creativa y expansiva. Mi hijo sabe que nunca podrá sustituir la lectura de un libro o un café con un amigo o un paseo por el bosque, pero ambas cosas pueden coexistir’.

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