Cómo enseñar a ser agradecido a un niño

 Hay un hermoso refrán que marca la importancia de dar las gracias: “Es de bien nacido el saber ser agradecido”. Esta es una gran verdad que hay que enseñar a los niños a largo plazo para que sea una cualidad natural de su personalidad. Pero, ¿se puede aprender a ser agradecido?   


 


  Los hechos confirman que sí se puede, y aprender a ser agradecido es la mejor manera de actuar en sociedad, ayuda a la sana convivencia y no solo eso, si no que es la mejor manera de enfrentarse a la vida, siendo agradecido y evitando las quejas innecesarias.     


Decir “por favor” y “gracias” desde los 18 meses a los 6 años

  Siempre que enseñes a un niño a decir “por favor” o dar las «gracias” desde muy temprana edad y apenas comience a hablar,  esta expresión se plasmará en su memoria, aunque no entienda bien su significado, él sabrá que debe repetirlo porque es lo correcto.  


  A partir de los 4 y los 6 años, es cuando un niño comienza a independizarse un poco y entender sus propios sentimientos y los de los demás. 

  Es posible que durante estas edades el niño se niegue a pedir las cosas por favor o agradecer luego, pero esto no será necesariamente un mal comportamiento. Sobre todo si no ha tenido el hábito de decir “gracias” o “por favor” antes. 


  Aún no son capaces de comprender qué significan estas palabras y por qué son necesarias al tratar con las demás personas. demás, no son suficientemente mayores como para entender qué significa socialmente decir estas palabras. 


  La única manera de que un niño lo internalice de manera natural y que lo aprenda sanamente es sin que se le fuerce a hacerlo y desde luego sin castigos si no quiere. 


Cómo enseñar a que los niños a sean agradecidos


  Es muy importante que los padres sean quienes les enseñen a sus hijos a ser agradecidos en su hogar, no habrá mejores maestros que ellos. Enseñarles el significado de ser agradecidos debe ser un ejercicio constante, y será fácil si se hace de forma correcta y natural, siempre evitando que parezca una orden o una cuestión impuesta. Pero, ¿cuál es la mejor forma de enseñarlo?

  Y como en todos los casos, el mejor modo de enseñar algo es con el ejemplo. La manera más eficaz de enseñarle a los niños es con el ejemplo e imitación de lo que dicen y hacen sus padres. 


  Así, si los niños escuchan continuamente y en todos los contextos que sus padres piden por favor y dan las gracias en el hogar, con sus amigos, en el mercado o con ellos mismos, llegará el momento en que entiendan lo importante que es usar esas fórmulas "mágicas" para tratar con respeto y amabilidad a los demás. Aún así, también es importante explicarles cuál es el sentido de esas palabras. 



  Ayuda a los menos favorecidos. Si por fortuna y tu esfuerzo vives en una mejor situación que otros, es importante que le enseñes a tus hijos sean agradecidos con humildad por ese bienestar. 

  También podrán ayudar a otros donando sus juguetes que ya no usen, o ropa o ayudando en alguna actividad comunitaria. Eso les hará ver la suerte que tienen y valorarán más su vida, se sentirán agradecidos a sus padres y  a los demás personas más generosas.


  Ser bondadosos. En verdad, la bondad no es algo que simplemente se enseñe, forma parte una persona, pero en los niños es algo más natural que puede potenciarse para que con los años no se les olvide. 


  Y será una excelente idea que les des oportunidades de hacer cosas buenas por los demás en la familia, o invitándoles a pensar qué sería bueno para los demás o qué les gustaría. De ese modo verán como los otros también agradecen cuando hacen cosas buenas por ellos.

Ser agradecidos es realmente muy importante para poder sentir empatía por los demás y saber mostrar nuestros propios sentimientos. Si a un niño se le enseña a ser agradecido, sabrá que él y sus actos también serán valorado, y hará su mayor esfuerzo por superarse y dar lo mejor de sí, porque sabrá que si lo hace, la recompensa llegará sola.

 

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