Acércate a tus hijos y no te distancies

 El ritmo de vida que todos llevamos en la actualidad hace que cada día nos encontremos más ocupados y sin tiempo para dedicarnos a nosotros mismos y a los que amamos. Y muchas veces a quienes tristemente restamos ese tiempo para dedicar nuestro amor, es a nuestros hijos, que sufren al ver como sus padres se distancian cada día más de ellos.    




  Desde el momento en que se piensa en tener hijos, se valora el poder darles cierta estabilidad económica y si es así  entonces se decide dar ese importante paso. 



 Pero hay que recordar que además de la estabilidad económica, se debe considerar si se podrá y si estaremos dispuestos a pasar tiempo de calidad con los niños, que será tanto o más importante que los aspectos materiales. 

  Les podremos llenar de juguetes, los más costosos, nuevos y grandes, o de los libros mejor ilustrados y más maravillosos, pero si ellos no tienen con quién jugar o que les lea, nada de eso tendrá sentido.     



  Un hijo es un regalo que te llenará de alegrías, pero también te traerá muchos retos. Siempre tendrán preguntas, y no siempre tendrás todas las respuestas, pero aun así ellos esperan que les escuches y atiendas, necesitan que los conozcas y demuestres tu cariño con paciencia, para saber que pueden contar contigo. 

 Y aunque también tengan abuelos, hermanos o tíos, a quienes en verdad necesitan es a sus padres. 

¿Falta el tiempo o falta el interés?


   Es lógico que dediquemos menos tiempo a los hijos en algún momento puntual , cuando existe un proyecto importante en marcha o hay mucho trabajo. 

  El problema se presenta si esto se convierte en lo cotidiano, y no sabemos aprovechar el tiempo que podemos pasar con ellos. 

 

  Este es un problema mucho más común de lo que nos gustaría. Llegamos a creer que no tenemos tiempo, cuando en realidad deberíamos buscar el modo de ser productivos con nuestro tiempo, sin desaprovechar el espacio para lo verdaderamente importante.     

 

  Además de lo laboral, todas las responsabilidades que tienen los padres, cocinar, bañar  y vestir a los niños, ver que se acuesten a ciertas horas y se levanten a otras, puede agotar nuestra energía sin dejarnos tiempo para pasar momentos de calidad.  



  Sin embargo nuestros hijos merecen nuestra atención y tenemos que hacer todo lo necesario por darles algo de nuestro tiempo para dedicarlo solo a ellos. 

  Parece difícil porque siempre creemos que no tenemos tiempo, pero si lo pensamos bien, muchas veces ese "no poder" esconde un "no querer" hacer el esfuerzo.    

 

El síndrome del padre ausente en los hijos


   Y si crees que todo lo dicho en realidad no parece tan grave, tienes que saber que en verdad lo que puedes estar provocando en tus hijos es el muy temido y acusado síndrome del padre ausente, que ocurre no solo cuando el padre no está presente, sino también cuando es accesible emocionalmente.



  La sola presencia del padre no alcanza para los hijos. Es necesario estar ahí para ellos, tener un diálogo para conocerlos y comprenderlos, compartir sueños y proyectos, y esto es realmente importante si queremos evitar que nuestros hijos tengan actitudes desagradables, como serían:   

- No respetar las normas o la autoridad de sus padres y mayores

- No poder hacer un trabajo hasta el final.

- No tener fuerza de voluntad para cumplir sus metas.

- No poder hacer amigos.    

- No ser sinceros.   



   Aunque nos cueste creerlo, todos esos problemas que muchas veces queremos solucionar gritando o mediante castigos, en verdad tienen una sola causa: nosotros mismos. 

  Estamos haciendo mal las cosas sin siquiera darnos cuenta, simplemente porque estamos ausentes cuando deberíamos estar presentes.     

El desarrollo cerebral puede resultar afectado


  Todos esos problemas son graves y no son fáciles de resolver, pero lo que es más grave aun es que el desarrollo cerebral de nuestros hijos puede estar siendo afectado por nuestro comportamiento ausente. Esta fue la conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Sichuan University.



   La investigación demostró que que los niños que pasan demasiado tiempo sin sus padres, ni teniendo contacto con ellos, no pueden desarrollar un vínculo emocional, y su desarrollo cerebral se ve afectado por estas causas.

 

  Su mente se vuelve inmadura en especial las áreas relacionadas con las emociones, que no logran desarrollarse debidamente, y tendrán respuestas no deseadas cuando tengan contacto con relaciones emocionales que no conocieron antes.   


  Y esto no solo sucede con las emociones, sino que llega mucho más allá. Según el estudio, la ausencia de los padres ausentes causa graves problemas de aprendizaje, y también disminuye su poder intelectual.

  Sorprendentemente, a veces no se perciben diferencias entre los padres que pasan tiempo con sus hijos pero no les dedican atención ni interactúan con ellos, a aquellos que casi nunca los ven. 



  Eso demuestra que lo realmente importante es estar cerca de ellos en cuanto lo emocional, hablar con ellos y compartir cosas y momentos. 

  Lo triste con nosotros los adultos es que creemos que nuestras preocupaciones son siempre más importantes, olvidando que nada importa más que estar ahí para nuestros hijos.

 

  Y no se trata de los problemas que podemos causarles, sino del precioso tiempo que estamos perdiendo y no volverá. Además de que seremos irresponsables si no estamos para nuestros hijos, para enseñarles a dar sus primeros pasos en este mundo. 


  Así que antes de creer que nada de esto es tan importante...recuerda cuando eras niño, ¿verdad que necesitabas a tus padres contigo?  

          

                    Si esta nota te gustó y te pareció útil, no olvides compartirla en tus redes.


Fuente: La mente es maravillosa

El Club de los Libros Perdidos. Con la tecnología de Blogger.