La tarea más desafiante para los padres no es controlar el comportamiento de sus hijos, sino manejar el propio

Los padres son modelos a seguir, y es crucial que los niños vean en ellos un comportamiento y valores positivos para que su conducta mejore de manera natural.

 

La educación se lleva a cabo principalmente a través del ejemplo, y los padres deben comenzar por cuidar de sí mismos y su salud emocional antes de abordar la crianza de sus hijos.

En momentos de descontrol, frustración o impotencia, es común sentir que se está fallando en la crianza. Sin embargo, es esencial reflexionar sobre el propio comportamiento antes de evaluar lo que le sucede al hijo.

¿Gritas? Tus hijos gritarán. ¿Fumas? Es probable que tus hijos adolescentes sigan el ejemplo. La autorreflexión es clave: ¿Qué estás enseñando a tus hijos si no te cuidas primero? ¿Cómo esperas que te respeten si no te cuidas a ti mismo?

Trabajar en el autocontrol es fundamental. Evitar discutir sobre el comportamiento del niño, buscar la raíz del problema y abordar las situaciones desde la calma son pasos necesarios, aunque desafiantes. Reconoce que eres el principal ejemplo para tus hijos y trabaja en tu regulación emocional.

Cuando las emociones se desborden, permite que la calma regrese antes de actuar. Recuerda: estar bien contigo mismo es esencial para criar bien. Satisface tus necesidades físicas y emocionales, ya que solo podrás tener hijos felices si tú también eres feliz.

La educación no tiene un manual, pero trabajar en tus propias emociones facilita el día a día y proporciona equilibrio en medio del caos.


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