6 frases del libro El caballero de la armadura oxidada para reflexionar

Las frases del libro El caballero de la armadura oxidada nos ofrecen grandes lecciones de autoconocimiento. En esta aventura narrativa somos testigos de esa alquimia interior por la que todos, de algún modo, deberíamos pasar alguna vez. 



  Pocas obras resultan tan sencillas a la vez que evocadoras sobre la transformación humana y ese intento donde aprender a ser mejores.

 "El caballero de la armadura oxidada" es un best seller publicado en 1993 por Robert Fisher y contiene una hermosa y corta historia que deja un mensaje positivo a todos sus lectores. Habla de conocerse a sí mismo y de pasar por muchos obstáculos para lograr la paz y la felicidad. 

  Para transmitir este mensaje cuenta las pericias de un caballero obsesionado con su armadura y con derrotar a sus adversarios. 

  El tema central y su intención es hacernos consientes de que para ser felices y vivir la verdadera vida, debemos conocernos a nosotros mismos, no ponernos “armaduras” y no dejar que los demás dibujen el camino que tenemos que recorrer.


Frases del libro El caballero de la armadura oxidada


  La historia central de esta obra nos trae a un caballero muy singular. Estamos ante un hombre a simple vista admirable: valiente, hace (en apariencia) nobles acciones y es generoso… 

  Ahora bien, no tardamos en darnos cuenta de algo. Vive tan hechizado por el brillo de su propia armadura que no sabe apreciar lo que tiene.

  Su ceguera llega hasta tal punto de descuidar lo que le rodea. Incapaz de valorar nada más que sus propias virtudes, un día percibe algo bien singular: su armadura deja de brillar; se está oxidando.


  Cautivo de sí mismo, se lanza a un viaje de iniciación espiritual y transformación donde liberarse de múltiples barreras. Es entonces cuando a través de originales personajes y experiencias, nos va deja grandes aprendizajes.

  Las frases del libro El caballero de la armadura oxidada son sin duda muestras de ese conocimiento, de ese despertar que todos deberíamos propiciar.


1. Lo que hay bajo nuestras armaduras


 «Ponemos barreras para protegernos de quienes creemos que somos. Luego un día quedamos atrapados tras las barreras y ya no podemos salir».

  El caballero tenía el pleno convencimiento de que él era bueno y generoso. Sin embargo, sus actos no evidenciaban tales noblezas, tales cualidades. Bajo su reluciente armadura había alguien que necesitaba sacarse brillo para compensar sus grandes carencias.

  Este personaje era capaz de librar feroces batallas para hacer frente a todo lo que él consideraba malvado.

  Sin embargo, en ningún momento tomaba conciencia de ese enemigo que tenía en su interior, de ese dragón enfurecido que tenía atrapado a su auténtico «yo».

  Pensemos que todos, de algún modo, amanecemos cada día con nuestras propias armaduras oxidadas. Esas en las que camuflamos realidades internas no resueltas, resistencias que nos limitan, que apagan nuestro auténtico ser.


2. El desahogo emocional


  «Solo las lágrimas de auténticos sentimientos te liberaran de tu armadura».

  El reconocimiento de las propias necesidades y la toma de contacto con esas emociones atascadas en nuestro interior, son el primer paso para librarnos del peso de nuestras armaduras. 

  Para retirar ese óxido y brillar de nuevo, nada mejor que oxigenar espacios, que desahogar tensiones, llorar…
  

3. El aquí y ahora


 «Nunca había disfrutado de lo que pasaba en el momento. Durante la mayor parte de su vida, no había escuchado realmente a nadie ni a nada.

  El sonido del viento, de la lluvia, el sonido del agua que corre por los arroyos, había estado siempre ahí, pero en realidad nunca los había oído…»

  Apreciar el momento presente, ser receptivos a lo que nos envuelve es un modo de tomar conciencia de lo que tiene auténtico valor. Situar la mirada en el propio ego, en lo que hicimos ayer o haremos mañana, oxida aún más nuestras armaduras. 

 La auténtica luz se encuentra en el momento presente, ahí donde están nuestras oportunidades, ahí donde puede acontecer nuestra felicidad.


4. El amor por uno mismo


  «El caballero lloro más al darse cuenta de que si no se amaba, no podía amar realmente a otros. Su necesidad de ellos se interpondría. En eso apareció el mago y le dijo: solo podrás amar a otros en la medida en que te ames a ti mismo».

  Hay un momento en el libro donde el caballero no lo resiste más. Ha avanzado tanto en el bosque de su inconsciente que solo piensa en huir, en volver con su familia. 

  Ahora bien, más tarde se da cuenta de algo: aún no puede volver porque no sabe cuidar de sí mismo. Alguien que no sabe atenderse y que no se ama, difícilmente podrá amar a los demás como se merecen.

  Ese es por tanto nuestro primer paso en toda transformación personal: cultivar un amor propio saludable, aprender a valorarnos, a sanarnos, a cuidarnos.


5. Tomar conciencia de lo que es importante


  «A los seres humanos se les dio dos pies para que no tuvieran que permanecer en un mismo lugar, pero si se quedaran quietos más a menudo para poder aceptar y apreciar, en lugar de ir de aquí para allá intentando apoderarse de todo lo que pueden, entenderían verdaderamente lo que es la ambición del corazón».

  Esta es una de las frases del libro El caballero de la armadura oxidada que más deben invitarnos a la reflexión. Nuestro caballero surca territorios, países y reinados para hacer el bien. 

 Salva, defiende, protege y lucha contra (lo que él considera) que es la maldad. Ahora bien, este personaje ha llegado a alimentar un amor más grande por su propia armadura que por su familia.

  Su esposa Julieta y su hijo, apenas ocupan lugar en su memoria. Ha descuidado lo que es verdaderamente importante. 

 Por tanto, no olvidemos que todos somos libres para movernos, para crecer y avanzar, pero a su vez, es necesario que tomemos conciencia de nuestras raíces: de lo que es importante.


6. El silencio como canal de escucha


«Permanecer en silencio es algo más que no hablar».

  Esta es otra de las frases del libro El caballero de la armadura oxidada más interesante. En la obra el propio caballero debe confrontarse con el dragón de sus pensamientos en medio de la soledad y el más riguroso silencio.

 Tal situación no es cómoda, porque hay demasiados ruidos mentales, y además, están sus corazas inconscientes, esas que le impiden acceder a su auténtico ser para vencer al falso yo…

  Romperlas para esclarecer sus necesidades, y abrazar a su auténtico ser es algo que logrará en ese escenario de silencio. Ahí donde no hay más opción que escuchar.


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