Las personas que perdimos aún nos acompañan de muchas maneras

Hacer frente a la muerte de alguien querido es como la difícil tarea de navegar en un inmenso mar solitario, en el que lo único que podemos ver es que esa persona ya no está con nosotros. Aun así, poco a poco empezamos a recordar todo su amor que nos dejaron y cada día vemos las infinitas formas en que todavía anidan en nuestro corazón.




  Algunos creen que la muerte debería ser simplemente como una despedida en una estación de tren. Debería darnos la oportunidad de despedirnos, tener el tiempo suficiente para un adiós, un último abrazo y desear buen viaje a esa persona amada.    


  Lamentablemente la vida real es muy diferente. Muchas veces no existe oportunidad de la despedida que quisiéramos, en ocasiones ni siquiera tenemos oportunidad de despedirnos. 

  El destino puede ser cruel parece gustarle arrancar de nuestro lado a las personas que más atesoramos. Es por eso que nuestras pérdidas nos generan una mezcla de desdicha, ira e incredulidad.        

 

  Se dice que después de perder a alguien realmente querido, más que vivir pasamos a sobrevivir.  Seguimos nuestra vida casi sin darnos cuenta, con una sensación extraña de no poder creer que ya no esté. 


  Pero esta no es la mejor manera de afrontar la nueva situación. Necesitamos reconstruir nuestra vida y devolver la belleza a nuestros días, y que ese sea el tributo a la persona amada que se fue pero que aun vive en nuestro interior y que nos acompaña de mil maneras diferente a cada momento.     

 

Aquellos que siguen con nosotros no merecen perdernos también

 

 Solemos mirar hacia arriba para recordar y dirigirnos a quienes perdimos. Pero ellos no están tan lejos en realidad, la distancia que nos separa no es tan grande como podemos creer.   


 Ellos están en cada rincón de nuestra mente y nuestro corazón, dando fuerza a cada uno de nuestros latidos.     

  Las personas estamos hechas de recuerdos y vivencias emocionales, son ellos los que nos fortalecen y nos inspiran a seguir adelante.

  Y no es que sea sencillo seguir adelante, el mundo se divide entre quienes han sufrido la pérdida de alguien querido y quienes no, pero eso no debe quitarnos la posibilidad de volver a ser felices.     

 Quienes tienen la fortuna de no haber perdido a nadie, difícilmente puedan ponerse en lugar y entender a quienes sí. 

 Pero la vida merece ser vivida a pesar de ese vacío doloroso que queda, un hueco al otro lado de la cama, o en esa silla vacía a la hora de cenar. 


  Porque si no lo hacemos es como perder de nuevo a  esa persona amada que ahora vive en nosotros y debemos honrar con nuestra felicidad y mantener vivo su recuerdo. No habrá mejor homenaje que recordarla en cada una de nuestras sonrisas.

 

Estarán siempre a nuestro lado


 Algunos te dirán que sobrevivir es dejar atrás a esa persona y sus recuerdos. Sin embargo, en realidad no se trata de dejar atrás, sino de volver a construir nuestra vida y permitirnos continuar hacia un futuro donde nuestros recuerdos y las nuevas experiencias y personas conformen un todo.


    Un libro muy interesante referido al tema “Love never dies: How to Reconnect and Make Peace with the Deceased”, cuya traducción es: "El amor jamás muere, cómo volver a conectar y hacer las paces con la persona perdida". 



  Allí su autora, la doctora Jamie Turndorf nos proporciona una estrategia muy útil para superar nuestra pérdida y entender que esas personas nos siguen acompañando en nuestras vidas.  


  Su estrategia es sencilla y liberadora, y se fundamenta en un diálogo interior para poder cerrar posibles asuntos pendientes y curar heridas, y de esta forma quedarnos con todo lo bueno que nos dio esa persona mientras estuvo con nosotros.     

Algunas claves.

  No dejes que tu mente solo se centre en los últimos momentos, recuérdala con sabiduría y justicia y dale especial atención a los días felices, las risas y lo más bello que compartieron. El recuerdo de esa felicidad te dará la suficiente fuerza para continuar en el presente.

   Si hablas en tu interior con esa persona, puedes decirle cuánto la extrañas pero que sin embargo aceptas que esté lejos y esperas que sea feliz allí donde esté. Dile que hay días en que las cosas te resultan más difíciles, pero que luego te repones gracias a los recuerdos que te dejó y así puedes continuar.    


Ese diálogo interior te será de mucha ayuda y te permitirá curarte día a día y seguir avanzando, con la certeza de que el amor nunca muere. Esa será una emoción eterna que te dará consuelo y luz al calor de sus recuerdos, y junto con ellos podrás volver a sonreír y ser feliz.  

Fuente: La mente es maravillosa
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