A todos los que creen que ser mamá NO es un trabajo

Si ser mamá se pudiera definir con ciertos requisitos necesarios, algunos de estos serían los siguientes...    



 

  Se requiere estar de pie durante largas horas prestando continua atención a cualquier imprevisto, cargar todo el tiempo grandes pesos, agacharse y moverse continuamente con hijos en brazos. 

  Horarios de 24 horas los 7 días de la semana los 365 días del año. Sin momentos de descanso.     

  Sin tiempo libre para almorzar: Solo puedes comer cuando tu demandante jefe acabe, y a veces apenas te dejará sobras.

  Será imposible que duermas 8 horas corridas sin interrupciones. Y habrá muchas noches en vela que tendrás que atender a tu pequeño jefe.  

  Ser capaz de trabajar en ambientes caóticos y bajo mucha presión sin perder la calma.


  Poner en pausa tu vida de antes de tomar el trabajo.

  Sin vacaciones de ningún tipo, lo que es más, en días feriados, Navidad, Semana Santa, Año nuevo, el trabajo es más demandante. 


  Indispensable siempre mantener una buena actitud, una sonrisa y proactiva para atender a su jefe.  


  Sin dudas, alguien que ofreciera este tipo de incomodidades y demandas para un trabajo del que ni siquiera recibirás paga alguna, nunca encontraría siquiera un postulante.

  Sin embargo, y aunque la maravillosa labor de ser mamá es eso y mucho más, para algunos no es un trabajo...aunque sea mucho más.

 

  Y jamás podrás renunciar, una vez que eres mamá, lo serás para toda la vida.

 Y no solo hablamos de situaciones puntuales o extremas, el oficio de ser madre se ejercita cuando tu hijo no puede dormir y lo atiendes sin importar lo cansada que puedas estar.


  Cuando lo orientas con sus amistades, sus tareas de estudio, cuando lo alientas a superarse o consuelas tras desaire deportivo o de un joven desamor.

  Las vigilias esperando su regreso de alguna pijamada o fiesta cuando es más mayor.

  Serás tú quien pueda mantener la armonía y paz del hogar, porque nadie mejor que tú sabrá manejar la frustración de tu pequeño y consolarlo.


  Serás tú quien cuide su seguridad emocional de los niños, la única que pueda hacer malabares con sus berrinches y malos humores, que cuide con celo sus secretos y lo cuide cuando está enfermo.            


 Y todo eso sin jamás dejar de preocuparte por él, ya que a pesar de todo tu cansancio nunca podrás tirar la toalla.

Ser mamá es estar todo el tiempo, y en ocasiones no es nada fácil.        


 Pero ese amor incondicional, esa cercanía, esos abrazos y sonrisas llenas de cariño y agradecimiento, o


esos secretos mejor guardados y esa confianza absoluta hacen que todo eso valga la pena.

 Es posible que se trate del trabajo más demandante de todo mundo. Pero si algo es cierto, es que jamás lo cambiarías por nada.  Ser mamá es estar todo el tiempo, y en ocasiones no es nada fácil.        

 Pero ese amor incondicional, esa cercanía, esos abrazos y sonrisas llenas de cariño y agradecimiento, o esos secretos mejor guardados y esa confianza absoluta hacen que todo eso valga la pena.


 Es posible que se trate del trabajo más demandante de todo mundo. Pero si algo es cierto, es que jamás lo cambiarías por nada.

Fuente: Naran Xadul

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