Un niño apapachado y mimado no quiere decir que sea un niño malcriado

Muchas veces escuchamos a muchas personas referirse a un niño mimado como algo negativo. Y es que mucha gente aun cree que los mimos son un sinónimo de malcriar, pero esto no es para nada lo mismo. 

 


  Comentarios del estilo de "está muy mimado” o también  “cómo lo consientes" siempre hacen parecer que esto es negativo, como si resultara algo malo reciba cariño o tuviera padres dedicados a él.



  Es bastante común creer que el amor puede hacer que los niños acaben siendo berrinchudos, narcisistas o incluso malcriados, pero esto no es en absoluto así, porque si una madre cría con respeto y cariño, sabe muy bien que saber poner límites también es un acto de amor.

 

  Los mimos bien podemos decir que son un arte, y además son algo que solo puede hacer bien a la otra persona, en especial si es un niño. 


 Simplemente es dar algunos besos, caricias y abrazos si los necesita, y hacerlo así con un niño es muy importante, ellos necesitan siempre esas muestras de cariño, protección y aceptación para sentirse seguros.      

   Un niño será consentido y malcriado solo cuando sus padres son permisivos en exceso, cuando lo consienten sin saber ponerles límites y ellos mismos no los conocerán entonces. Es eso lo que los perjudica en realidad, pero nunca lo hará que les demuestres tu amor y cariño.     



 

  Aunque por su puesto, hay una muy delgada entre ambas cosas, mimar demasiado, a tal punto que el niño sienta que lo padece y se agobia, a veces les molestan demasiadas demostraciones en público, en especial frente a otros niños, y puede llegar a perjudicar su vida y su personalidad. 


  Y deberíamos dejarlos experimentar plenamente sus emociones, incluso los duelos normales de su edad, pero siempre con una sana cantidad de cariño que le deje saber que no están solos y pueden sentirse seguros de tu amor y de sí mismos, así serán más fuertes hasta su vida adulta.



 Por esa razón debemos dar ese amor sin medida, cuando sean queridos y sin chantajes, para curar sus temores, mimos para sanar sus caídas o para poder volver a empezar, para antes de dormir y para seguir soñando, para llegar a ser mejores, y siempre sanos.


 


  Mimar es abrazar y llenar a los niños de besos. Es abrazarlo y sentir su corazón latiendo de contento, mimar es apapachar al alma y darle fuerza al espíritu.

 

Pues los mimos son mágicos y los niños los necesitan todos los días para saber que esa magia es real y ser buenos adultos, tener estabilidad emocional que al crecer les permita superar cualquier adversidad futura porque tienen todas las reservas de tu amor que necesitarán. 

Fuente: Naran Xadul

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