7 frases que nunca debes decirle a un niño cuando está enfadado

Si un niño o niña está molesto o enfadado, lo mejor que puedes hacer es respetar sus emociones, darle su espacio y evitar palabras que solo le puedan provocar más enojo y dolor.

 



   Y estas son algunas de las frases que nunca debes decirle a un niño enfadado, por su propio bien...también el tuyo. Y es que las palabras pueden doler, pero también son capaces de sanar. Debes aprender a emplearlas de modo correcto, algo que es casi un arte y una gran necesidad para cuidar la autoestima de los niños.    




  En efecto, existen palabras que pueden ser muy perjudiciales para los pequeños y debemos evitarlas . Por eso es mejor que aprendas a controlarlas, y con esta lista sabrás tratar de la mejor manera a un niño enfadado:   

1.  ¡No tienes motivo para estar enfadado!


  Puede ocurrir que para nosotros sus "motivos" sean una tontería o algo sin importancia, pero para el niño se trata de algo realmente grave. 




 Ten en cuenta que su manera de ver al mundo es diferente así como su escala de valores. Así que en vez de hacerle creer que sus cosas y opiniones no significan nada, mejor ayúdalo a gestionar su enfado.

2. ¡Deja de arrojar cosas!

 

  Es natural que el primer impulso frente a este pequeño torbellino que comienza a tirarlo todo a su paso sea prohibirle que lo haga.      



  Sin embargo, lo más probable es que en ese inestable momento el niño entienda a esa prohibición como otra amenaza y esto solo conseguirá que su enfado aumente.  

 

3. ¡Ni pienses en pegar a nadie!


  Puede pasar que en medio de su enfado el niño empiece a dar golpes, es lógico que intentes detenerlo. Está claro que todo tiene un límite y su enfado no le da permiso para lastimar a nadie.




Sin embargo esa frase suena amenazante y agresiva, y eso solo avivará más su enojo. Mejor intenta explicarle esto sin gritar, con calma y sin que se sienta amenazado. Debe entender que nunca se pega, todos podemos enfadarnos pero nunca debemos pegarle a nadie.   

4. ¡Deja las rabietas y haz ya lo que yo te digo!


  Perfecto, ahora el niño sabrá que no sientes ninguna empatía por él y lo que siente, que no te interesa qué lo enfada ni piensas ayudarlo.  



 Este tipo de frases poco felices harán que las rabietas aumenten y los gritos suban su tono, consiguiendo todo lo opuesto a lo que te proponías. 

  Ten presente que lo mejor será empezar siempre tus frases demostrando que lo entiendes como "entiendo que estés molesto..." para después explicarle las razones por las que debe detener su enojo. 

5. Los grandes no lloran, ¡para de llorar!


 Además de que eso es una gran mentira, y debes estar de acuerdo, ¿por qué mentirle sobre las emociones?




  El niño creerá que los sentimientos no deben demostrarse y tiene que esconderlos, y sacrificarse y esconder sus emociones sin demostrar nada para no incomodar a los demás. ¿En verdad eso es lo que te propones enseñarle? 




6. ¡Basta de quejarte!


  Una vez más, con esta frase le estamos diciendo al niño que está mal demostrar su enojo y que nos incomoda saber lo que siente.




  En vez de darle a entender esto, debemos buscar la manera de que aprenda a quejarse de un modo más productivo, intentando darse a entender y remediar lo que lo disgusta.  



7. ¡Eres insoportable / un monstruo!


  Tu hijo necesita tu comprensión durante esos momentos de enojo, y una crítica tan poco constructiva como esa no solo empeora la situación, sino que hiere sus sentimientos.


  Si se lo dices cada vez que se enoja, terminará creyendo que es cierto, y que no tiene solución porque ni lo quieres ni quieres entenderlo, lo que empeorará la situación y su autoestima.   

Formas de ayudar a tu hijo a canalizar su enojo

 

  La realidad es que cuando estamos enfadados, tanto nosotros como los niños, lo único que nos ayuda es liberarnos y exteriorizar todo lo que llevamos dentro. Así que lo mejor que puedes hacer cuando tu hijo esté enfadado es no ponerle obstáculos frente a ese enojo que siente.   





 Con los niños ocurre lo mismo que con los adultos, y por eso estos consejos y técnicas te ayudarán a enseñarle cómo manejar su enojo sin frases que lo avergüencen ni le hagan enfadar aún más.       

- Usar un "grito de guerra"


  En efecto, gritar es un gesto liberador que nos ayuda a soltar nuestro enfado. Es como si tuviéramos dentro algo que nos hace sentir mal y con el grito lo sacamos fuera. 


  Así que ese "grito de guerra" ayudará a tu hijo a expulsar ese enojo cuando se sienta molesto. Gritos de guerra del tipo "¡esto no podrá conmigo!" pueden servirle de gran ayuda.   

- Enséñale a ver todo con otra perspectiva


 Si tu hijo empieza arrojar todo lo que tiene a su paso en un ataque de enojo, lo que realmente lo ayudará es que en vez de gritarle es que lo hagas pensar y reflexionar... ¿por qué estás haciendo eso? 



 Si le preguntas si ya no le gustan esas cosas y las tira porque no las quiere más, se sorprenderá tanto que se detendrá y reflexionará, y si pasa el tiempo pensando sobre lo que siente, también pasará su enfado. 

- No dejes que sobrepase ciertos límites


  Un claro ejemplo es que no puede pegarle a otro niño, no importa cuán enfadado esté, no se lo vas a permitir.



  Márcale muy bien ese límite porque si no el enojo de tu hijo tarde o temprano lo absorberá por completo. Recuerda que no es bueno apartarlo con gritos o peor aun, por la fuerza, pero dile con voz firme que aunque esté enfadado no puede pegar nunca.   

  
 

- Demuestra empatía


 Siempre es necesario saber ponerse en lugar del niño e intentar entenderlo. Si tu hijo siente que es comprendido se sentirá más seguro esto ayudará a que se calme. 


 A la mayoría de los niños les basta con un simple gesto de comprensión de sus padres para estar dispuestos a "negociar" y entender que no deben comportarse de mal modo.   

- Permite que exprese sus sentimientos


 Querer impedir una emoción es como intentar detener una ola gigante. Al final, terminarás tapado por el agua.



  Lo mismo sucede si pretendes que tu hijo no demuestre sus emociones, es igual que si le pidieras que detenga una ola con sus manos.  Lo mejor sería permitir que salgan sus sentimientos, pero de un modo que no dañen a nadie. El modo de lograrlo es enseñarle a canalizar sus sentimientos.   

- Enséñale maneras de canalizar su enojo


 Dibujar, respirar pausadamente, algo de música...hay una gran cantidad de formas de ayudarles a expresar y canalizar su enfado sin que dañe a nadie ni a él mismo. 



  Es la mejor opción que lo ayudes a manejar sus emociones de modo constructivo y asertivo, y recuerda siempre darles un buen ejemplo antes que nada. 
 

Fuente: Guía infantil

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