Los niños felices son inquietos y hacen ruido, mucho ruido

Los niños no serían niños si no fueran inquietos y curiosos, en especial cuando son más pequeños. son. Y en verdad esta es una buena señal puesto significa que se están desarrollando mientras conocen el mundo.




  Desde luego, algunos niños son más inquietos que el resto, pero esto es normal, y allí donde hay niños, habrá ruido.   


  Y lo que es más, en efecto una de las maneras más certeras de saber si tu hijo es feliz es que no se queda quieto ni un instante, juega mucho y...hace mucho ruido, con sus risas, jugando o preguntando para descubrir el mundo.

  Esas son las formas en que los niños pueden expresar sus emociones y lo hacen sin disimulos, lloran a los gritos, ríen a carcajadas y se emocionan a cada momento, y esa es su manera de demostrar que son felices.

  

  Aun así y como es normal que ocurra, habrá momentos buenos y malos, sin embargo por regla general, cuando un niño está activo e inquieto, significa que está sano y en pleno desarrollo, que está relacionándose con su entorno mientras lo descubre.   

 

  El estar en movimiento implica que el niño tiene mucha vitalidad, y es su modo de expresarse y demostrar todo lo que sienten o aliviar las tensiones que experimentan, ya que aun no tienen otros recursos emocionales y discursivos para manifestarse.   

  Sin embargo, debemos prestar atención cuando además de hablar, cantar y hacer ruido, también tiene una actitud demasiado inquieta, pasa de un juego a otro y nada lo conforma, está agitado y toca todo a su alcance y cosas similares.


    En esos casos todos esos ruidos pueden deberse a una cuestión muy diferente, y tanta falta de atención y nerviosismo, hiperactividad o impulsividad se deban a que quieren llamar nuestra atención. ante esto, lo mejor será consultar con un especialista y averiguar si hay razones o no para preocuparse.

  Así, es importante prestar atención al comportamiento de tu hijo y diferenciar si muestra cambios abruptos en esos ruidos y actividad normal y cotidiana, si de un día para otro se intensifican sin razón aparente. Esto puede significar que otra cosa esté pasando y debemos tomar cartas en el asunto.

 

   Los niños hacen ruidos ya desde pequeños, y estos se intensifican al llegar a los 3 años, ese es el tiempo en que quieren ganar independencia y se identifican como individuos, a partir de entonces los ruidos que hagan irán siendo diferentes y aprenderán a moderarse, pero siempre existirán.   

 

 
 Por supuesto, algunos niños son más tranquilos que otros, mientras algunos son más inquietos, pero por regla básica, si los niños hacen ruido, es que están sanos y felices. 


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Fuente: Naran Xadul

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