El mayor logro de la vida es estar en paz contigo mismo

Vivir en paz contigo mismo trae grandes consecuencias: satisfacción, armonía interna, buen manejo del estrés y un bienestar que revierte en cuerpo y mente.


  Cuando tienes paz en tu interior las tormentas externas asustan menos. Porque has hecho frente a tus miedos, porque caminas libre de culpas, de rencores e inseguridades. 

 ¿A quién no le gustaría alcanzar ese equilibrio psicológico? Descubre cómo lograrlo.

  La paz interior se ha convertido en un lujo. Vivimos en una sociedad convulsa que nos “obliga” a llevar un estilo de vida demasiado agitado en el que no paramos ni un segundo.



  Si nos descuidamos, nos veremos arrastrados por un torbellino de tareas, la mayoría de ellas insignificantes, pero que no nos dejan ni un minuto libre.

  Estamos tan imbuidos en ese ritmo frenético que a veces, cuando tenemos un poco de tiempo para nosotros mismos, nos sentimos culpables. Culpables porque deberíamos estar haciendo algo más productivo.

  Sin embargo, hay un momento en que es necesario detenerse y decir “¡basta!”. Basta a las preocupaciones sin sentido y al ritmo de vida agobiante. Basta a las presiones sociales, a todas esas tareas sin sentido y a la persecución de la perfección.


Vivir en paz contigo mismo ¿cómo lograrlo?


  Decía el emperador filósofo Marco Aurelio que «quien vive en armonía consigo mismo, vive en armonía con el mundo». Es una gran verdad, pero probablemente ni él mismo lo logró en vida a pesar de su sabiduría y su estoicismo. 

 Alcanzar ese sentido de equilibrio nos obliga a menudo a dejar a un lado los cargos de conciencia, el arrepentimiento y la sombra de todas esas cosas que no hicimos del todo bien en el pasado y que aún nos duelen.


  Vivir en paz significa estar bien consigo mismo y con el mundo. El bienestar inicia en nuestro interior y se proyecta en el ambiente que nos rodea.


 Los puntos más importantes son conseguir la felicidad, no dañar a los demás y cultivar a los amigos. Intenta realizarlos todos los días. 

  Si en nuestra mente y corazón hay paz, todo se ve con mayor claridad y nos sentimos más seguros para resolver desafíos y avanzar con mayor audacia, humanidad y seguridad. No es por tanto una tarea que podamos dejar en la bandeja de pendientes.  


Deja de ponerte requisitos


  ¿Qué tienen que ver los requisitos con nuestra calma mental? En realidad, muchísimo. Pensemos en ello: muchos de nosotros aplicamos ese enfoque hiperexigente en el que supeditamos nuestra felicidad a una serie de condiciones o requisitos:

«Estaré en paz cuando tenga un mejor trabajo».

«Me sentiré en equilibrio cuando demuestre a mi familia lo que valgo».

«Lograré tener calma cuando logre bajar de peso».

  Este tipo de condicionantes no solo nos quitan la paz interna, además, nos supeditan a un sufrimiento irremediable. 

  Es necesario, por tanto, que dejemos de colocarnos tantos obstáculos en el horizonte. La vida es mucho más sencilla cuando dejamos de poner tantos condicionantes a nuestra felicidad.


Valídate a ti mismo, considérate valioso


  La respuesta tampoco está en la abstinencia o el ascetismo, sino en el punto medio, donde se goza y se sufre; se da y se recibe; se ama y se es amado. 

 Esta armonía, contrapeso o simetría la aplicó Schopenhauer en su pensamiento filosófico, con el que desaprobó el deseo individualista y dijo que hay dos modos de escapar del círculo vicioso de esta voluntad incesante de desear: la compasión y el arte.



  Cuando caminamos por el mundo sin el sostén de la autoestima, nuestro mundo interior está lleno de vacíos y en guerra permanente. 

 Esperamos que los demás nos reconozcan, que nos dediquen atención y refuerzos positivos para poder así sentirnos validados. Como podemos imaginar, nada resulta tan desgastante como mendigar atención ajena.

  Para vivir en paz contigo mismo debes ser capaz de proveerte el afecto y el autorreconocimiento que esperas de otros. Si tu autoestima y amor propio son fuertes, lograrás esa armonía interior en la que nada falta.

  Ese será el momento en que, por fin, dejes de esperarlo todo de quienes te rodean para entender que de quien debes aguardarlo es de ti mismo.


Calmar el torbellino de los resentimientos y emociones adversas


  En el viaje de la vida no es bueno caminar con un torbellino en la mente y una guerra constante en el corazón.

  Los resentimientos, la frustración, la rabia que generan las decepciones o el odio hacia quien un día nos hizo daño son nubarrones que opacan nuestra persona. Nadie puede hallar calma con ese oleaje interno.

  La paz interior es una sensación subjetiva de bienestar, es impalpable pero muy real ya que nos llena de una profunda tranquilidad. 

  Se trata de un estado en el que nos liberamos de nuestras principales preocupaciones, miedos, estrés y sufrimiento.


  Esto no significa abandonar tus sueños,  se puede  vivir todo lo que deseamos y cosechar los frutos de nuestro trabajo y dedicación, pero no debemos permitir que lo superficial sea lo primero en nuestras vidas. 

 Dale sentido a tu existencia cultivando tu amor y verás que vivirás realmente feliz.

Céntrate hoy mismo en estas tareas tan decisivas. No dejes para mañana la calma mental que puedes lograr hoy…


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