Lealtad: pocas personas saben cómo ser fieles a sus principios

La lealtad no puede imponerse, la lealtad es un acto de libertad donde uno mismo elige a qué o a quiénes ofrecer su compromiso, su respeto y su afinidad. Al fin y al cabo, nadie puede demostrar un firme respeto a los demás si primero no se respeta a sí mismo.



   La lealtad de las personas no es algo que pueda ser impuesto, esto es un acto de libertad, donde elegimos a que o quienes seguir.

  Va ligado también a nuestros principios y valores, los que deben estar en consonancia con los de la personas a las que decidimos seguir. luego de evaluar esto es fácil ofrecer nuestro compromiso, respeto y afinidad.

  En esta relación no caben las traiciones, las mentiras o las actitudes interesadas. Este concepto es tan importante para vincularnos con otras personas.

  La lealtad es una característica personal realmente muy interesante, pues esta gran cualidad demuestra el reconocimiento personal y la estima que tenemos hacia alguien.


  Históricamente la lealtad a funcionado como un mecanismo de supervivencia. En el pasado los escenarios estaban tan llenos de peligros, que tener el apoyo de personas leales a las que confiar tu vida era necesario para sobrevivir.

  Aunque en la actualidad todo ha cambiado, de algún modo sigue siendo necesario sentir la cercanía y seguridad de personas en las que confiamos.

  Durante nuestra vida, la lealtad hacia nosotros normalmente será profesada por nuestros familiares y amigos más cercanos, dejándonos entrever qué personas de quienes nos rodean realmente se preocupan por nuestra seguridad y porvenir.


  Saber rodearnos de personas que nos guarden una gran lealtad, será un requisito indispensable para poder alcanzar nuestros objetivos en el futuro, pues solo las personas más fieles a nosotros nos ayudarán verdaderamente en nuestro camino hacia el éxito personal.

  Las personas leales son, por encima de todo, personalidades honestas. Se rigen por un código que está siempre en sintonía con sus valores pero también con ese compromiso respetuoso con el otro, ahí donde no caben las traiciones, las mentiras o las actitudes interesadas. 

 Estamos sin duda ante un concepto tan interesante como profundo que va más allá incluso que la confianza.


Personas leales, ¿cómo son?


  Decía Séneca que la lealtad parte de la confianza, pero como ya hemos señalado, este concepto hunde sus raíces en algo más profundo, complejo y exquisito a la vez. 

 Para empezar, las personas leales son por encima de todo, respetuosas con sus propios principios. 

 Es de ahí donde parte el auténtico núcleo del comportamiento leal: actuar siempre en base a unos valores siendo fieles a lo que uno considera como correcto.


La lealtad, el compromiso por hacer lo correcto


  Lealtad proviene del término ‘legal’. Hay por tanto un componente de rectitud y compromiso por hacer lo correcto en cada circunstancia. ¿Qué significa esto traducido en el ámbito relacional? 

  Implica, por ejemplo, que aunque terminemos una relación afectiva o de amistad con alguien, siempre existirá el respeto. No revelaremos intimidades, no escamparemos críticas ni propiciaremos conductas que puedan dañarlos de algún modo.


La persona leal es sincera, no condescendiente, y nos ayuda a crecer


  Las personas leales son aquella que hacen uso exclusivo de la condescendencia. No son las que dicen si a todo, nunca ponen pretextos, nos apoyan en toda circunstancia, son los fieles seguidores de nuestras por muy dudosa que sea.

  Son capaces de darnos apoyo en los momentos de difíciles nos apoyaran, los que nos darán aliento para seguir adelante, quienes nos brinda los mejores deseos para los nuevos proyectos que emprendamos.

  Más allá de la confianza, está la lealtad. Aun cuando la primera se pierde y ya no guardamos vínculo alguno con ese alguien, pervive el sentido profundo del respeto, una virtud sin duda tan noble como deseable.


  Para concluir, el concepto de lealtad tiene sus matices. Nadie puede imponernos a qué o a quién ser leal.

  Este concepto no es externo, tiene un origen interno y está en armonía con un código de valores basado en el respeto y la integridad que uno mismo ha ido construyendo a lo largo de su vida.

  Asimismo, las personas leales no se quedan en la palabra, porque la lealtad se ejercita, se aplica a diario en cualquier circunstancia y situación.

La deslealtad y la traición son consideradas antivalores, por ello es importante creer siempre en ti y no dudar de tus ideales y principios. ¡Sé leal contigo y comparte valores con los demás!


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