La importancia del amor propio en la elección de pareja

A menudo hemos escuchado que no podemos amar a otros si primero no nos amamos a nosotros mismos. Sin embargo, aprender a cultivar el amor propio es un proceso complejo. Requiere explorar a fondo nuestra propia historia y entenderla, aprender de nuestras experiencias y, lo más desafiante, aceptarlas.






Además, es crucial comprender que nuestro nivel de autoconocimiento y autoestima juega un papel fundamental en la elección de pareja.

Aunque entendamos las ventajas de amarnos a nosotros mismos y a los demás, no podemos esperar lograrlo sin un trabajo personal profundo y sin buscar ejemplos y modelos que nos muestren diversas formas de conexión emocional.

Según investigaciones realizadas por el neurólogo, psiquiatra y escritor Boris Cyrulnik, observar diferentes estilos de afecto a lo largo de nuestras vidas es fundamental para este propósito.

Estos diferentes estilos de amar nos ayudan a no asociar el amor, la indiferencia o el odio con un comportamiento específico. Este conocimiento nos expande la mente y enriquece nuestra personalidad.

Desde nuestra infancia, aprendemos a relacionarnos con los demás, comenzando con nuestros padres y familiares, quienes nos proporcionan el primer ejemplo de vínculo emocional. Con el tiempo, ampliamos nuestro círculo social y, eventualmente, elegimos a nuestra primera pareja y nos sumergimos en nuestra primera relación romántica.

Boris Cyrulnik sostiene que la forma en que nos relacionamos en la infancia moldea nuestros vínculos afectivos en la vida adulta. Según él, existen tres tipos de parejas: aquellas en las que ambos miembros se refuerzan mutuamente, las que implican daño unilateral y las que implican daño mutuo.

Las parejas en las que ambos se refuerzan mutuamente suelen perdurar más y disfrutan de una mejor calidad de vida, tanto juntos como individualmente. Este intercambio positivo contribuye a la salud emocional y al sentido del humor de cada individuo. Es el único tipo de relación que merece ser cultivada.

En cuanto a las otras dos formas de pareja, en las que el daño es unilateral o mutuo, se debe buscar una transformación. Esto puede implicar un cambio en las actitudes negativas o la búsqueda de un nuevo significado que establezca bases más saludables para la relación. Si esto no es posible, es recomendable considerar la posibilidad de abandonar la relación.

Es importante tener en cuenta que, a veces, buscamos una nueva pareja como una forma de seguridad para salir de una relación insatisfactoria. Sin embargo, esto puede llevar a buscar una nueva pareja antes de haber reflexionado lo suficiente sobre nuestras experiencias pasadas, lo que podría llevarnos a cometer los mismos errores en una nueva relación.

La elección de pareja es en parte inconsciente, influenciada por nuestras experiencias pasadas y nuestro estado emocional actual. Si no nos esforzamos por mejorar y conocernos a nosotros mismos, es probable que no elijamos una pareja que nos permita una relación de refuerzo mutuo.

Es importante recordar que una pareja no puede satisfacer todas nuestras necesidades. Mantener esta expectativa solo conduce a la frustración. Sin embargo, las relaciones humanas son importantes y enriquecedoras en diferentes aspectos de nuestras vidas.

Una de las ideas más peligrosas es la creencia de que necesitamos a otra persona para sentirnos completos. Esta idea puede conducir a relaciones basadas en la dependencia y el miedo en lugar de la autenticidad y el crecimiento mutuo.

Es esencial distinguir entre el sufrimiento y el amor. Los estereotipos sociales, transmitidos a través de los medios de comunicación, a menudo nos llevan a creer que el amor está intrínsecamente ligado al sufrimiento. Esto puede alimentar expectativas poco realistas sobre las relaciones y conducir a elecciones de pareja poco saludables.

Nuestras creencias y comportamientos están influenciados por los estereotipos sociales que absorbemos. Romper con estos roles predefinidos puede ser difícil pero necesario para construir relaciones auténticas y satisfactorias.

Para fortalecer nuestro bienestar emocional, debemos aprender a conocernos y amarnos a nosotros mismos antes de buscar relaciones significativas con otros. Esta autoaceptación es fundamental para elegir una pareja desde la madurez y la libertad, no desde la necesidad o la dependencia.

La elección de pareja basada en el respeto mutuo y la autenticidad es la clave para una relación duradera y satisfactoria. Ambos miembros de la pareja deben estar comprometidos con el crecimiento personal y el desarrollo de la relación.

En resumen, para amar a otros de manera saludable, primero debemos aprender a amarnos a nosotros mismos. Esto requiere un viaje de autoconocimiento, aceptación y crecimiento personal que nos permitirá construir relaciones significativas y satisfactorias en nuestras vidas. 

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