La despiadada carta de Nietzsche a la mujer que lo rechazó

Friedrich Nietzsche fue un excéntrico filósofo a tal punto que tanto como su obra, se ha escribo mucho sobre la controvertida vida amorosa y sentimental. Este célebre personaje quedó huérfano de padre con apenas 4 años y desde entonces vivió rodeado de mujeres.

Friedrich Nietzsche, el club de los libros perdidos, Thomas Mann, Así habló Zarathustra, Sigmund Freud


   Su abuela, su madre, su hermana, fueron algunas, pero también tenía tías y muchas amigas en toda su vida, que por regla general lo mimaron y hasta sobreprotegieron, muchas veces en exceso y hasta el agobio. 


  Sus biógrafos sospechan que tenía cierta atracción y apego excesivos por su hermana Elisabeth, algo que nunca llegó a confesar. Incluso Thomas Mann aseguró que Nietzsche tuvo toda su vida   un amor casi incestuoso por  su hermana que marcó su vida y el que jamás pudo superar. 
 
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   Sin embargo, muchos otros biógrafos defienden que no fue su hermana su verdadero amor sino   fue Lou von Salomé. ella fue una mujer inteligente y con cierto atractivo para la época que se dice enamoró al solitario y atormentado filósofo de Röcken. De hecho, Nietzsche estaba fascinado por ella y su sensualidad, su inteligencia y su personalidad exuberante. 


   Lou Salomé solo tenía 20 años cuando  conquistó el corazón del amargado filósofo, y sería la única mujer ...si descontamos a su hermana, de la que se enamoraría en toda su vida. Pero había un problema, o una larga lista de problemas en realidad. 
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 Otro filósofo, Paul Ree, un poeta, Rainer Maria Rilke, un sociólogo llamado Ferdinand Tonnier, y hasta el famosísimo creador del psicoanálisis  Sigmund Freud, eran algunos de los muchos candidatos que pretendían el amor de Lou Salomé.
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   Y fue justamente gracias a Paul Ree que Nietzsche conoció a Lou, de quien era amiga. Y si bien Paul se sentía atraído hacia ella, Lou le correspondía con simpatía intelectual. Pero repugnancia física y al parecer se lo hacía saber en cada ocasión en que él insistía en halagos. 

   Finalmente Paul se quitó la vida en 1901, en el mismo lugar donde ella lo había rechazado 20 años antes. El tiempo, en su caso, no logró hacer que la olvidara ni a ella ni a sus crueles desplantes.


   Y algo parecido ocurrió con el super hombre de la filosofía, que no tanto en el amor. Incluso dejó en su "Así habló Zarathustra" muchas indirectas de lo que llegó a sentir por ella.



  Hoy se han revelado ciertas cartas que escribía Nietzsche con Paul, donde con desesperación afirmaba literalmente que si no podía encontrar "la piedra filosofal para convertir esta mierda en oro", estaba perdido. Y es que al parecer a Lou le atraía cierto estilo de vida que un humilde filósofo no podría ofrecerle.



   Nietzsche vio que Lou era inmadura apenas conoció. Pero sin embargo inteligente, y le pareció singularmente atractiva, y de inmediato lo sedujo.
 
 
 Pero malas noticias: Lou amaba las ideas de Nietzsche. Para nada a Nietzsche.
 
 
 
Lo rechazó una y otra vez hasta el hartazgo y al fin, en 1882 el filósofo abandonó toda esperanza. Después de lo cual decidió encerrarse en su diminuta habitación. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Pero el asunto no quedó ahí. Despechado, Nietzsche le dedicó a Lou un gran poema filosófico fruto del su frustrante desengaño por su amor imposible. 

   "Zarathustra" evitó que Nietzsche se volviera loco algún tiempo después del rechazo de Lou. Muchas veces pensó en terminar su vida, pero al fin, hizo fuerte su flaqueza y desechó toda idea de otro amor y se encerró en la soledad. Pero desde 1889 su locura se agravaría irremediablemente.  Moriría apenas dos años después.

Y esta fue la carta despiadada que le dedicó a la musa de su locura:





   Lou:


   Que yo sufra tanto por tu causa no es en absoluto importante, si lo comparamos con el problema de que seas absurdamente incapaz, mi queridísima Lou..., de reencontrarte contigo misma:  
   Jamás en la vida conocí a una persona más pobre que tú.
   Ignorante con mucho ingenio para ser tan ignorante.
   Te aprovechas de lo poco que conoces y de todos los que conoces.  
   Sin buen gusto y ni siquiera sabes de esta carencia.  
   Sincera y justa en cosas ridículas, testaruda hasta el absurdo, y tu actitud ante la vida:  
   Insincera.
   Sin  la menor capacidad de dar o recibir.  
  Ausente de espíritu y sin ninguna capacidad para amar.

   Siendo breves, siempre enferma y al punto de la locura.
   Sin gratitud ni respeto hacia sus benefactores…

  
 En particular:

   Nada fiable.
   De pésimo comportamiento.
   Grosera y sin ningún honor…
   Un cerebro vacío con apenas asomos de alma.
   Con el carácter de un gato: el depredador que se pretende doméstico.
   Tanta nobleza como un vago recuerdo de ella.  
   Fuerte voluntad para la necedad.  
   Sin pureza.
   Sensualidad cruel para oscuros fines. 
   Egoísmo infantil producto de un retraso sexual.
   Sin amor alguno por las personas. Pero enamorada de Dios.
   Siempre queriendo más.  
   Astuta, llena manipulaciones.

Tuyo.


Friedrich N.




   

 

 

 

 



Fuente:  Nietzsche y  Salomé  / Muhimu
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