Niños buenos e inocentes: edúcalos para que nunca se aprovechen de ellos

Todos los niños tienen una personalidad distintiva, en especial aquellos pequeños que son realmente muy buenos y poseen un bondadoso corazón. 





  Y ya que aun no son suficientemente maduros en su desarrollo, esa bondad se manifiesta como inocencia. Y como son tan buenos e inocentes, pueden convertirse en el blanco de otros niños, ya sea de sus travesuras o hasta tratos maliciosos que se aprovechan de su bondad innata.


  Los niños pueden tener una personalidad que los haga algo, inquietos, asustadizos, buenos, tranquilos, irritables, cariñosos, etc. 

  Y si tu hijo es justamente un pequeño responsable, empático, protector y de un carácter tranquilo, es muy importante que le enseñes a mantener esa personalidad tan preciosa, pero que al mismo tiempo aprenda a saber protegerse y que otros niños o personas no se aprovechen de su buen corazón.  

 

¿Cómo es la personalidad de esos niños buenos e inocentes?

  La bondad que existe en los corazones de estos niños buenos e inocentes los hace más empáticos que los demás, y por eso siempre están dispuestos a ayudar a los otros, aun antes de pensar en ellos mismos. 


  Estos niños podrían llegar a hacer cosas que realmente no quieren, solo por no disgustar a otros. Y aunque esto habla muy bien de ellos y es una maravillosa cualidad, deben aprender a evitar las situaciones cuando esta bondad innata pueda jugar en su contra.

  Estos pequeños son tan responsables de sí mismos que siempre quieren hacer todo solos, para que otros no tengan que ayudarlos y piensen que son una molestia. Ellos jamás se muestran enojados o tienen actitudes agresivas, porque piensan que esas emociones no son nada buenas ni útiles.    


  Les agrada estar entre adultos porque muchas veces lo prefieren eso a sentirse mal por los conflictos cotidianos que surgen entre los niños de su edad cuando se pelean, y los adultos representan para ellos un ambiente más estable y tranquilo.

 No poseen grandes habilidades para solucionar los conflictos y en ocasiones comunicarse  con los demás se les dificulta, y por estas razones por lo general son niños tímidos.   

  

No lo protejas demasiado: mejor dale herramientas


 Si tu hijo es de estos pequeños bondadosos e inocentes, es lógico que quieras protegerlo por demás, sabiendo lo sensible que puede ser. Pero esto es una equivocación que no les permite crecer ni progresar emocionalmente.    


 Esta personalidad resulta ideal para los padres, porque los niños son tranquilos y obedientes, no molestan y hasta parecen niños perfectos porque ni siquiera son revoltosos. 

  Aunque en realidad, son niños muy frágiles y precisan tener suficientes herramientas para poder enfrentarse a las distintas situaciones de la vida. De otra forma tendrán muchos problemas emocionales en el futuro. 

 

  Sin embargo, una actitud sumisa jamás es la postura conveniente en la vida, y por esta razón, aunque por supuesto hay que alentar a que sean buenos, también debemos darles herramientas y valores para mantener su amor propio ante todo, para defenderse del mundo y aquellos que quieran aprovecharse de su bondad.

Saber educar a tu hijo


  Es por estas razones que resulta una buena idea tomar algunos consejos para enseñar a ese niño bueno con un corazón enorme que vale oro, a que nadie lo manche jamás ni empañe su brillo...


  Pero también debe saber que el mundo puede no ser tan bonito como lo pintan en los cuentos de hadas y que va a depender mucho de su actitud el que llegue a ser feliz en la vida.    

Habla con tu hijo


  Debes entablar buenos lazos de confianza y comunicación con tu hijo antes que nada. Hablar cotidianamente con el y escuchar sin juzgarlo serán la base y además, nunca decirle que algo que lo preocupa no tiene importancia. 


 Si siente que puede hablar con libertad sentirá suficiente confianza para pedir ayuda cuando la necesite, como en el caso de que sus compañeros en la escuela lo molesten demasiado. 

Establecer normas y límites


  Aun si tu hijo es obediente y tranquilo, siempre es necesario delimitar normas y marcar límites dentro del hogar. Las normas y límites en el hogar siempre son necesarias y deben ser acordes a la edad de tus hijos. 


  Además, se debe buscar un equilibrio, que la disciplina y el orden no limiten las posibilidades de desarrollo de los niños, debes darles opciones de acción, alternativas del estilo de "esto no se puede hacer...pero en cambio esto otro sí está permitido", y no solo buscar que acaben siendo sumisos a tu autoridad.  


Fortalecer el autoestima de tu hijo


 Toda madre o padre tiene que hacer su mayor esfuerzo para fortalecer la autoestima de su hijo y que jamás se sienta menos que los demás. 


  Así que siempre que tengas oportunidad deberías aprovecharla para nutrir su amor propio, sus habilidades  de comunicación y cómo gestionar y demostrar sus emociones.

 De esta manera tendrá mejores oportunidades de resolver todos los conflictos que se le presenten en la vida, podrá sociabilizar y crear y mantener mejores amistades, se sentirá más seguro de sí mismo, comprendido y valorado.    

Deja que sean independientes


  Evita sobreproteger a tu hijo, por difícil que te parezca al verlo tan bondadoso e inocente. Él necesita desarrollar su autonomía para también así conseguir la satisfacción de hacer las cosas bien por sí mismo. 


   Y también, experimentar la frustración cuando las cosas no resultan como esperaba y poder aprender de los errores. 

 También debes darle responsabilidades dentro del hogar y de acuerdo a su edad para que desarrolle su capacidad personal.


  Otro aspecto primordial es demostrarle a tu hijo que lo que importa no es ganar ni ser el mejor, lo que debe buscar es siempre superarse poco a poco a sí mismo.

  Con esto pensará por sí mismo, y llegará a tener pensamiento crítico y valorar su criterio antes que las opiniones de otros, por lo que sabrá tomar  sus propias decisiones.

Enséñale a saber decir que “no” y poder reconocer las malas conductas


  Es fundamental que tus hijos aprendan que saber decir “no” en ocasiones es bueno y saludable. Él no tiene por qué hacer nada que no le guste y menos aun sentirse obligado a hacerlo.

 En todo caso se le debe explicar por qué hacer algo es importante para él ya sea ir a la escuela o tomar la medicina, para que comprenda por qué es necesario.     



Y sobre todo, enséñale qué palabras, acciones o comportamientos resultan inapropiadas y así sabrá reconocer y marcar una distancia emocional y límites a tiempo, o buscar ayuda cuando se encuentre en una situación que lo ponga en riesgo.

Fuente: Etapa infantil

El Club de los Libros Perdidos. Con la tecnología de Blogger.