Todos somos Ucrania y queremos paz

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  Después de dos de los años más oscuros que atravesó la humanidad quizás n toda su historia, y cuando los ciudadanos del mundo comenzábamos a recuperar nuestra libertad, una nueva sombra se cierne y amenaza todo: la guerra.



  El conflicto que lleva ya 8 años desde 2014, tuvo una escalada incomprensible por el afán expansionista del autócrata ruso Vladimir Putin. 

  En pocas horas la Federación Rusa pasó de prometer la retirada de tropas de la frontera con Ucrania, país independiente y soberano, al que en las últimas semanas venía amenazando con un ataque, a reconocer unilateralmente a dos estados que se autoproclamaron independientes, Donetsk y Lugansk. 


  Y usando esta ilusión como excusa, puesto que ningún país del mundo (salvo los acólitos de Rusia) reconoce estos países independentistas, ha invadido Ucrania, y no sólo en la región en disputa, sino que avanza por todos los frentes hacia su capital y más allá.


  Esta locura que solo se compara con las que en el siglo llevaron al mundo a dos enfrentamientos que cobraron las vidas de cientos de millones de personas vuelve a poner las sombras más oscuras sobre el horizonte de la humanidad, y aun peor, puede acabar en un conflicto nuclear sin precedentes que puede destruir el planeta.


  Ante esto, el mundo libre de Occidente ha tenido respuestas tibias que no consiguieron frenar el avance ruso. Y es que el conflicto es complejo y no tendrá ganadores y solo perdedores. 


 

  Si Occidente responde con fuego, la amenaza de Putin escalará hasta emplear el armamento nuclear, si Occidente no emplea más que represalias económicas, Ucrania caerá en manos de un hombre al que no le importa tener al mundo en vilo si satisface su afán de poder.



  ¿Pero a Putin le bastará con tener a Ucrania? Él mismo dijo que "fue un error dejar a las repúblicas soviéticas abandonar la URSS", y estamos hablando no solo de Ucrania entonces, sino de Estonia, Lituania, Letonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Polonia...y hasta Alemania hasta la mitad de Berlín. ¿Vamos a creer que esa voracidad se saciará en Ucrania?


  

  Y frente a este panorama desolador, los líderes de todo el mundo se manifiestan en contra de la invasión y una guerra desigual entre un David y un Goliat que parece insaciable, pero poco consiguen con sus amenazas de sanciones. 



   Mientras tanto, el mundo no mira a otro lado. Manifestaciones alrededor de todo el globo, en Madrid, Berlín, Roma, Washington, París, La Haya, Varsovia, Buenos Aires, le dicen basta a Putin. Esta vez el mundo no quiere caer en las garras del monstruo como pasó hace apenas 80 años.


  Incluso en el mismo corazón de la bestia hay miles de ciudadanos valientes que se enfrentan al autócrata y en más de 50 ciudades de toda Rusia con Moscú y San Petersburgo a la cabeza le dicen "no" a la guerra. 



  Y ya 1.700 valientes fueron detenidos por el régimen por oponerse a que corra la sangre de inocentes...de inocentes que son hermanos y hermanas del pueblo ruso, que solo se pueden enfrentar por la locura inentendible de un solo hombre...reflejo muy oscuro de un pasado que aun podemos evitar si en todo el mundo pedimos paz. Y debemos ser millones.


   A todo aquel que tenga algo de humanidad y calor en el corazón le bastará con saber de las vidas inocentes que esto está costando y costará. 


  Aquí no hay izquierda o derecha, aquí no hay capitalismo o comunismo, aquí debe haber sentido común y humanidad, una sola voz contra la barbarie.



  Y la mayoría, a la mayoría sensible y humana que esto le bastará, debemos presionar a nuestros gobiernos en cada rincón del mundo, no para iniciar una acción armada que traerá posiblemente la tan temida tercer guerra mundial, sino para lograr una sola voz en el mundo para decir basta y conseguir una sanción económica conjunta que acabe con esta locura. 


Por el futuro de la humanidad. Para que la humanidad tenga un futuro.

 

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